• Follow Us
  • Ave. Unda carrera 12 Casa Convento Religioso Nro 12-58 Barrio Maturin 1 Guanare Portuguesa

Desde Portugal a Venezuela

Experiencia Misionera de Tiago Figo en Tierras Venezolanas

I – “No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído” (Hch4,20)

La Custodia Provincial “Nuestra Señora de Coromoto” de la Orden de los Frailes Menores Conventuales (OFMConv Venezuela) acogió muy generosamente mi pedido para tener una experiencia misionera fuera de mi país, como parte de la convivencia y discernimiento vocacional que vengo haciendo con los Franciscanos Conventuales de Portugal.

Partí del otro lado del océano, sin ningún tipo de seguridad en cuanto a lo que encontraría y sin certeza absoluta de lo que me estaba siendo pedido – ¿Domine quid vis me facere? – pero con la convicción de que, más que mi propia voluntad, valdría aquí la voluntad de Aquel que verdaderamente me eligió y me envió como misionero (Jn 15,16 y 20,21).

Llegué el día 23 de febrero, casi a las puertas de la Cuaresma, el tiempo favorable (kairos) para hacer el bien, como oportunamente ha recordado el Santo Padre. Un tiempo en que somos llamados a sembrar, no como un peso, sino como una gracia, estando la siembra destinada a una cosecha que no es inmediata y que no solo nos pertenece a nosotros (cf. Mensaje para la Cuaresma 2022). Fue con este pensamiento que intenté vivir, lo más que pude, mis días en Venezuela.

En la hora de hacer el balance, puedo decir que mi experiencia fue llena, principalmente, de momentos para ver, escuchar y aprender. Aprender muchísimo. Por lo tanto, se impone ahora dar un testimonio de eso.  

II – “Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados” (Jn 6,9)

Si algo me ha marcado fue la certeza de haber encontrado a Jesucristo en Venezuela. Lo logré encontrar en la gente y en la diversidad y hermosura de las regiones que tuve la oportunidad de conocer.

He sido recibido por una Caracas caótica y un tanto indescifrable. La ciudad a la cual García Márquez, en su Memoria Feliz de Caracas, ha descrito como “irreal” y una “obsesión”. En los Llanos, descubrí a una tierra que arde, muy especialmente por el calor humano. Finalmente, la estadía en los estados Andinos me hizo acordar a menudo de un verso de un antiguo maestro: “He tenido alma de montaña y de cóndor”.

Pero, más que cualquier paisaje, considero que la belleza de este país radica sobre todo en los venezolanos. Desde luego, por la forma en como parecen no hacer caso a las dificultades y por su capacidad de arreglar las cosas. Os admiro, por ejemplo, por la resistencia en las colas para la gasolina. Creo haber conocido expertos en el arte de “amar lo poco que existe”, para usar las palabras de un cardenal nuestro. Con cinco panes y dos pescados se improvisa un banquete, en el que, por supuesto, ¡jamás puede faltar la arepa!

A través de algunas historias particulares, me dejé sorprender igualmente por la facilidad con la que practican el perdón y presentan la otra mejilla (Mt 5,39; Lc 6,29). Fue una enseñanza sobre cómo queremos vivir, dando significado a esta sentencia: “es duro estar enojado cuando hay tanta belleza en el mundo”.

Guardo también en la memoria la cercanía de las personas y su espontaneidad. Aquí no hay miedo a agarrar o tocar el otro, y con prontitud, sin vergüenzas, te pueden llamar mi amor o mi todo, como una madre a su hijo.

Por otro lado, a los venezolanos siempre les gusta mostrar lo que tienen de bueno y tampoco se cansan de corroborar que nada te hace falta. Siento que he sido recibido en cada casa y lugar por gente que ha dado sinceramente lo mejor de sí mismo.

Es cierto que tuve que acostumbrarme a diferentes ritmos y tiempos, pero eso solo sirvió para recordar la lección de que “la vida no es tiempo que pasa, sino tiempo de encuentro” (cf. Fratelli Tutti, n. 66).

No se me olvidarán las comidas y meriendas, los viajes siempre con aventuras, los momentos bochincheros, los regionalismos, los chistes, las expresiones menos coloquiales… Ni las calles repletas de negocios, de sonido de los carros y del color de los murales… ¡Y tantas otras vainas!

A nivel de convivencia vocacional y franciscana, tuve el inmenso privilegio de vivir entre los frailes y de presenciar parte del trabajo de una Custodia muy joven, que no para de buscar nuevos proyectos. Fue una ocasión excepcional para venir y ver (Jn 1,39). Fue un periodo para, a mi manera, enamorarme. Conocí pastores con “olor a ovejas”, cada cual poniendo su diferente talento al servicio de Dios. Pienso que les sienta bien el dicho que está gravado en la Iglesia de San José Obrero, en Guanare: “Somos una Iglesia fraterna y misionera”.

De hecho, vi a una Iglesia que sale a la comunidad para celebrar la Eucaristía. Una Iglesia que habla de sinodalidad. Una Iglesia rica en actividades pastorales, algunas de ellas bastante originales. Un colegio, Una escuela de teología y una emisora franciscanas. Un círculo de lectores. Un centro de atención sanitaria. Un club de natación. Vi también cuanto los fieles quieren a los frailes, como se movilizan y se manifiestan, alabando a Cristo con alegría, emoción y algunas veces hasta con algo de folklore. 

En definitiva, mi misión en Venezuela fue una experiencia hecha de rostros. Son los rostros de los frailes y de los hermanos que decidieron abrazar la vida consagrada, de los colaboradores de cada convento y parroquia, de los abuelos del Buen Samaritano… Cada uno de esos rostros tiene su nombre y su historia y los guardaré conmigo para la vida, como a un tesoro.

III – “María se levantó y partió sin demora” (Lc 1,39)

            Además del testimonio y en estrecha relación con lo mismo, la consecuencia de todo lo que he visto y oído no puede ser otra que la de seguir a Jesús y darle una respuesta a respecto de mi vocación. En este ámbito, el tiempo pascual, que viví acá en Venezuela, ha ofrecido a mi misión abundantes frutos espirituales.

En la conocida película La Misión, vemos como el protagonista misionero se siente, en una primera fase, incapaz de perdonarse en razón de su historia personal. Ahora bien, lo que esta Pascua me enseñó, es que el comportamiento del cristiano no debe ser el de vivir amargado, con el peso de la culpa o de la penitencia, sino el de vivir, desde ya, en esta tierra, como hombre Resucitado.

Con insistencia, se habló de contestar a la pregunta “¿Quién es Jesús para mí?” y de las formas concretas de dar y recibir la Eucaristía en nuestro cuotidiano o de trabajar por el pan que permanece hasta la vida eterna (Jn 6,27).

La segunda parte de la misión empezará ahora y pido a Dios que me de fuerzas para continuar a decir: “¡Aquí estoy: envíame!” (Is 6,8). Y que lo haga con la misma prisa que la de nuestra Madre del Cielo, tema de la Jornada Mundial de la Juventud a realizar en Lisboa el próximo año. Si os acordáis, por favor, pedid también por mí, para que yo sepa perseverar en una fe recta, una esperanza cierta y una caridad perfecta.

Puesto esto, en el momento de la partida, solo tengo que estar agradecido. En la persona del Custodio Provincial, fray Franklin Durán, saludo a todos los frailes. A él encomiendo mi gratitud por haber conocido a todos los conventos y casas de formación de la Orden en Venezuela y aún, en particular, por permitirme participar en el encuentro de la Custodia, en Pueblo Llano, de 19 a 22 de abril. 

            En la lengua portuguesa, hay una palabra que resume el sentimiento de nostalgia o añoranza, que es saudade. Pues tendré saudades de todos los padres, madres, hermanos y amigos que me fueron regalados en esta tierra. Espero que algún día, cuando se presente la oportunidad, pueda devolverles los gestos que tuvieron conmigo. Lo que deseo a todos es que nunca se os quite la franqueza, la inocencia y la “locura del Divino” que he encontrado en vosotros.

¡Paz y bien!

Caracas, 18 de mayo de 2022.

Tiago Figo

  • Share :
Publicada por :

0 0 votes
Calificación del artículo
Subscribe
Notify of
guest
4 Comments
Oldest
Newest Most Voted
Inline Feedbacks
View all comments
Fray Edgardo

Que belleza!!!

Moravia Briceño

Hermoso este escrito, me llena de regocijo y amor fraternal de Fray Tiago Figo, lo que dice de nuestra Parroquia San José Obrero, somos Fraternal y Misionera, llevando a otros países sus aprendizajes de nuestra querida Venezuela

Yadira Herrera

Muy lindas tus palabras por tus palabras, gracias por todo esperemos seas Franciscano y vuelvas a estas tierras Coromotanas.

Translate »
4
0
Would love your thoughts, please comment.x
()
x